Polinesia Francesa
La Polinesia Francesa
Es un archipiélago mágico ubicado en medio del Océano Pacífico, que consta de cinco archipiélagos diferentes y más de 100 islas.
Cada isla es una joya única que ofrece una gran variedad de experiencias culturales, culinarias y de aventura.
Cómo llegar
El Aeropuerto Internacional de Faa’a en la isla principal de Tahití es el principal punto de entrada a la Polinesia Francesa.
Se pueden encontrar vuelos directos desde ciudades como Los Ángeles, Tokio y París.
Desde Tahití, se pueden tomar vuelos internos o barcos para llegar a las diferentes islas de la Polinesia Francesa.
Mejor época para viajar
La mejor época para visitar la Polinesia Francesa es de mayo a octubre, cuando las temperaturas son más suaves y el clima es más seco.
Durante estos meses, el clima es ideal para disfrutar de las playas y realizar actividades al aire libre.
También hay menos probabilidades de lluvias y tormentas tropicales. Sin embargo, es importante tener en cuenta que durante estos meses también hay más turistas en la isla y los precios pueden ser más elevados.
Cultura
Los antiguos habitantes de la isla desarrollaron su propia cultura, con una rica tradición oral, danzas y música.
Los turistas pueden visitar los sitios arqueológicos de las antiguas aldeas y templos, y ver espectáculos de danzas y música tradicional.
También se pueden participar en talleres de artesanías, como la confección de collares de flores o el tejido de cestas de pandanus.
Gastronomía
La gastronomía es una deliciosa mezcla de sabores de Polinesia y Francia.
Los platos más típicos incluyen el poisson cru, el ceviche local de pescado, y el famoso plato francés de foie gras.
También hay una gran variedad de frutas tropicales, como la piña, el mango y la papaya.
Los turistas también pueden probar la cerveza local Hinano y el licor de vainilla.
Rutas e itinerarios
Para los amantes de la aventura, la Polinesia Francesa ofrece una amplia variedad de rutas e itinerarios para explorar la isla.
Los turistas pueden hacer excursiones en barco para ver la vida marina y los arrecifes de coral, hacer senderismo por las montañas de la isla, o simplemente relajarse en una playa privada y disfrutar del sol y la tranquilidad.